La sardina de bota (esa que se expone a decenas aprisionadas sobre una especie de boca de tonel) se alza como el protagonista de la nueva tapa invernal, la que corresponde a este periodo del año dentro del ciclo gastronómico «Las 4 estaciones de la terreta«. No se trata de una sardina entera, sino de un lomo desprovisto de espinas (el proceso de bota ya ayuda), que se saborea sobre una base de ensaladilla rusa.
Esta última mezcla productos que se cosechan en la huerta valenciana y que son vendidos en la parte inferior, la de las tiendas, del céntrico Mercado de Colón, en la ciudad de Valencia.
Patata, zanahoria, judía verde y pepinillo configuran una suave ensaladilla rusa que se asienta sobre una rosquilla de esas que no se rompen en decenas de pedazos cuando se las muerde. También carece de añadidos como semillas, anís o cacahuetes. Se trata de una rosquilla que se doblega con firmeza ante el triturado de incisivos o caninos.
De este modo se presenta y conforma la tapa de invierno presentada por el restaurante Mi Cub, que dirige Anabel Navas y se ubica en el citado Mercado de Colón. Cada estación muestra un artículo novedoso y lo ofrece a su clientela durante esos meses. Atrás quedaron las albóndigas con queso azul y calabaza correspondientes al periodo otoñal.
Esa presentación la lleva a cabo en un acto en el que el experto que la ha ingeniado explica cómo ha llegado a esa resolución culinaria. En este caso se trataba de Toni Pérez, de Alma Marina, empresa alicantina especializada en salazones. “Reducimos el tradicional proceso de bota (anchoización) con una concentración de salmuera específica para, en pocos días, conseguir un producto de textura japonizada y el sabor a bota de toda la vida”, apuntaba, para recodar la tradición e historia con la que cuenta la sardina en la dieta mediterránea.
Pérez se decantó por esta tapa tras marinar la ensaladilla con su estilo de hacer sardina de bota y comprobar “la textura espectacular”, según su propia definición, que ofrece al paladar.