El pomelo constituye una fruta singular por su peculiar sabor amargo y grado de acidez. O te encanta o no lo puedes ni probar por muy recomendado que esté por su contenido vitamínico.
Con el limón sucede algo similar, aunque en otra escala. Se utiliza habitualmente más para aderezar, dosificado a gotas, que para tomar un trago directamente, sin diluir en agua.
Los sabores de ambas frutas los tenemos impregnados en la mente y quizás nos puedan dar hasta escalofríos de pensar en ellos. En cambio, si compartimos bañera con estos cítricos la situación cambia bastante e incluso ayudan a la relajación. Sí, aunque parezca una excentricidad, en el balneario de la ciudad de vacaciones Marina d’Or (Oropesa del Mar, Castellón) tienen habilitada una piscina para baños de pomelo y otra para hacer lo propio con limones.
Cáscara y pulpa flotan en el agua
Partidos por la mitad, flotan en el agua su cáscara y su pulpa, y transmiten una sensación curiosa al roce del cuerpo. Extraña por lo inusual. Y no porque resulte molesta.
Al contrario, parece que el agua siente de maravilla a ambos cítricos y dulcifique su sabor. La convivencia resulta mucho más tranquila y relajada.
En las instrucciones de uso del balneario de Marina d’Or aconsejan disfrutar entre 10 y 15 minutos de la piscina de pomelos y avisan «de las beneficiosas propiedades de los cítricos al servicio de la salud» cuando se refieren a la lámina de limones en otra de las bañeras. Todo ello dentro de lo que califican como el mayor balneario científico de agua marina de Europa.
Baño de leche, agua pulverizada…
Un baño de leche, una ducha de agua pulverizada, jacuzzis, el habitual baño turco…son otras de las experiencias que pueden disfrutarse en este balneario al que tranquilamente se pueden dedicar, únicamente con los cambios de piscina y con las duchas, tres horas.