Salir de la ciudad y alejarnos del frenético ritmo diario es el mejor planazo de fin de semana. Nos trasladamos hasta Pancorbo, el pueblo de Castilla en el que viven 430 habitantes y que te resultará todo un descubrimiento si eres amante del senderismo y de la vida sana. Respirar aire puro, recorrer parajes impresionantes (sin prisas) y también descubrir joyas de nuestro patrimonio es lo que podrás hacer en este enclave del norte de Burgos, que es uno de los rincones más sorprendentes de España.
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El impresionante desfiladero al norte de Burgos
Y si te preguntas qué puedes encontrar en esta zona de Castilla, la respuesta la encontrarás en el impresionante desfiladero de Pancorbo, que durante siglos fue el único camino por el que llegar a la Península desde Europa. En esta tierra entre la Bureba y Miranda de Ebro, levantaron fortalezas romanos, visigodos y árabes. Aquí, en este rincón al norte de Burgos, se abre una puerta a paisajes abrumadores de cuevas, cañones y gargantas. Rutas para llegar hasta ellos hay muchas, pero te proponemos una en la que además de disfrutar de la naturaleza podrás hacer un pequeño viaje por nuestra historia.
Sendero de Pancorbo
La fuerza del río Oroncillo y su constancia lograron partir en dos los Montes Obarenes, dando lugar a uno de los paisajes más impresionantes de la provincia de Burgos: el desfiladero de Pancorbo. El sendero que lo circunda, de unos 15 kilómetros y dificultad baja, es una de las mejores maneras de admirar su belleza, bajo la atenta mirada de halcones, águilas reales y buitres leonados. Las pistas atraviesan lugares abiertos y tramos que se adentran en bosques de hayas y robles.
Pórticos, arte sacro y fortalezas
Y además de realizar esta ruta, podrás disfrutar del encanto de la arquitectura popular del municipio, en el que apenas viven ya 430 vecinos. Entre los lugares más interesantes para descubrir está la Calle Mayor, sobre la que aún se pueden ver tramos porticados y los blasones en las fachadas, y que lleva hasta el puente sobre el río Oroncillo. Y aquí encontrarás una de las joyas arquitectónicas de la zona: la iglesia de San Nicolás (1714) de estilo tardo-barroco y con un retablo rococó del siglo XVIII en su interior.
En esta ruta también te encontrarás con las ruinas de la ermita de San Mamés, y la iglesia de Santiago, muestra de cómo esta zona fue durante siglos camino de peregrinos. Este templo del gótico tardío (siglo XV), que hoy en día sirve de sala de exposiciones de arte religioso, con obras en las que destaca una talla del apóstol a caballo, en actitud de lucha, que está considerada un tesoro para los amantes del arte sacro.
Y no dejes de hacer una parada en el pueblo de La Sala para visitar el Castillo de Santa Marta, una fortaleza de origen altomedieval y muy cerca de esta, la Fortaleza de Santa Engracia, enclavada en la parte más alta de la montaña y levantada en 1794.
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