A finales del pasado siglo y principios del presente los olivos milenarios del Territorio Sénia, área que comprende 27 municipios (15 valencianos, nueve catalanes y tres aragoneses) que comparten espacio geográfico en la zona de influencia del río con el mismo nombre, se vieron en peligro. La causa, el proceso de venta al que estaban siendo sometidos. A precios bastante elevados estaban siendo adquiridos por compradores extranjeros, los cuales los arrancaban del que desde siempre había sido su hogar para llevárselos a sus países.
El fenómeno en cuestión, reflejado impecablemente en El Olivo, película del año 2016 dirigida por Icíar Bollaín, propició la reacción de las comunidades locales y permitió la adopción de medidas de protección de estos árboles monumentales. Una de ellas fue la puesta en marcha de la Ruta de los Olivos. Territorio Sénia, iniciativa que permite disfrutar de un auténtico museo natural al aire libre y mucho más.
Museos y otras zonas acondicionadas
Lo primero que hay que destacar es que en el área se da mayor concentración mundial de este tipo de árboles, con un total 6358 inventariados. Entre sus características se encuentra el superar los tres metros y medio de diámetro de tronco, por lo menos, 1,30 metros del suelo, lo cual da idea del tamaño de estos ejemplares de olivo que, además, prácticamente todos son de la variedad Farga. En cuanto a su antigüedad, el más antiguo del mundo datado científicamente se encuentra en Ulldecona, en Cataluña, y fue plantado en el año 314 d.C.
Para admirarlos y conocer más sobre cada uno de ellos individualmente se puede visitar unos de los dos museos al aire libre pensados para ello. Uno de ellos se encuentra en la localidad castellonense de La Jana y el otro en la provincia de Tarragona, en Ulldecona. Además de estas dos instalaciones, existen otras acondicionadas en otros municipios. Así, por ejemplo, podemos ver el olivo de la película El Olivo, anteriormente citada en Canet Lo Roig, en la provincia de Castellón.
Más espacios
Por otra parte, en estrecha relación con los olivos milenarios, es posible conocer más respecto a a ellos visitando el Museo de la vida en la Plana, en Santa Bárbara (Tarragona). En él se puede ver cómo se ha explotado la zona de la plana del Montsià desde el siglo XVIII. Esta instalación, además, se encuentra en el edificio que ocupaba anteriormente el molino de aceite de la zona.
Mientras, en territorio castellonense, en el municipio de Cervera del Maestre también se puede aprender más sobre la inseparable unión existente entre los olivos y su fruto, las olivas, con el aceite. Así, acudir al Centro de Interpretación Molí de l’Oli, molino industrial de aceite en uso hasta los años 20 del siglo XX, se puede convertir en toda una experiencia.
Otras actividades
Pero la oferta en cuanto al disfrute de los olivos milenarios y todo lo que está vinculado a ellos no acaba aquí. De este modo, también es posible, por ejemplo, disfrutar de catas de aceites e incluso comprar oro líquido de la zona y de los propios árboles monumentales, los cuales cuentan con una marca de garantía específica: Aceite Farga Milenaria.
Además, otras opciones por las que se puede optar van desde la de un almuerzo con productos de la zona junto a los olivos milenarios hasta conjugar astronomía con estos monumentos de la naturaleza en una jornada con paseo entre los árboles y una sesión a cargo de un profesional en la que se puede conocer más sobre las estrellas en un paraje mágico.
Todo ello, por supuesto, sin olvidar la ineludible visita a uno de los restaurantes de la zona para disfrutar de una comida o cena en la que el aceite de oliva será protagonista.
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