México posee destinos muy populares entre todos los viajeros, pero pocos han conseguido preservar su autenticidad y esencia cultural como lo ha hecho Oaxaca. El estado sureño recoge en sus 8 regiones una riqueza cultural única en todo el país, caracterizada por la diversidad de sus pueblos, su patrimonio arqueológico y una gastronomía y artesanía excepcionales.
La multiculturalidad, el mayor tesoro de Oaxaca
En el Estado de Oaxaca conviven hoy en día más de 16 grupos étnicos, pueblos que han conseguido conservar sus costumbres indígenas, aportando un valioso legado cultural. Muestra también de su diversidad, Oaxaca es de hecho el Estado de México con mayor número de municipios, más de 500.
Algunos de esos municipios han conseguido la denominación de Pueblos Mágicos. Es el caso de San Pablo Villa de Mitla, Mazunte, Huautla de Jiménez, San Pedro y San Pablo Teposcolula, Capulálpam de Méndez y Santa Catarina Juquila, que fue elegido en 2020.
Cuna del Mezcal, el elixir de los dioses
Oaxaca es el productor del 87% del Mezcal de México. Esta bebida aromática, que ha adquirido una popularidad internacional destacada en los últimos años, está muy arraigada con las tradiciones culturales e incluso religiosas de los oaxaqueños.
El Mezcal destilado es la bebida más emblemática de la región y para disfrutarla en su esencia y contexto es necesaria una visita al destino. La zona de los Valles Centrales es el punto de partida de la ruta Caminos del Mezcal, un recorrido por los sitios recomendados para aquellos que quieran entender y adentrarse aún más en los orígenes de esta bebida.
Riqueza arqueológica
Son numerosos los pueblos originarios que han habitado Oaxaca y que dejaron sus huellas en el destino mostrando sus creencias y formas de ver el mundo. Las zonas arqueológicas más importantes del estado son Monte Albán y Mitla.
Monte Albán es particularmente famoso por su hermosa arquitectura, además de tesoros hallados en sus tumbas, especialmente la deslumbrante tumba 7. Por su parte, Mitla, que significa «Lugar de los Muertos», fue en su época una población muy importante que funcionó como centro de poder político y religioso para los zapotecas.
Atractivos naturales singulares
Otra de sus maravillas naturales es la laguna de Manialteoac, una laguna costera a 18 km al oeste de Puerto Escondido que presenta el curioso fenómeno de la bioluminiscencia. Oaxaca también tiene singularidades naturales como el curioso árbol del Tule, considerado el árbol más ancho del planeta. De hecho su edad real es desconocida, pero según estimaciones es de más de 2.000 años.
Ciudad de Oaxaca, Patrimonio de la Humanidad
Pocos lugares en el mundo tienen tanta riqueza cultural que la capital, Oaxaca de Juárez. Caracterizada por sus construcciones de estilo colonial, esta ciudad está llena de propuestas culturales a través de sus más de 20 templos y monasterios, 14 museos de arte prehispánico y moderno, o sus coloridos barrios llenos de arte callejero.
El Centro Cultural de Santo Domingo, el Museo Oaxaqueño de la Cultura, el Jardín Etnobotánico y el Templo de Santo Domingo de Guzmán son algunas de las paradas obligatorios que no deben perderse durante una visita. En julio, la capital y otras poblaciones cercanas celebran la Guelaguetza, la fiesta más importante de los oaxaqueños. que muestra la pluralidad y diversidad de la cultura mexicana en una festividad llena de sonido y color.
Destinos paradisíacos de costa
Oaxaca también tiene una costa envidiable a orillas del pacífico. Uno de los destinos turísticos más relevantes es Huatulco, compuesto por 9 bahías y 36 playas cristalinas, muchas de ellas vírgenes. Por su parte, Puerto Escondido sorprende por su contraste de playas pintorescas bordeadas por gigantescas formaciones de roca. Surfistas de todo el mundo acuden allí para conquistar las olas de Zicatela en Puerto Escondido, considerada la tercera mejor playa de surf del mundo.
Gastronomía única
La riqueza de Oaxaca va más allá de sus edificios singulares y paisajes. La gastronomía oaxaqueña y sus materias primas poseen un gran prestigio dentro y fuera de México y en cada región oaxaqueña el ritual de la comida se vive diariamente como un momento único. La agenda de eventos culinarios es también extensa e incluyen algunos festivales reconocidos como el Festival de los Moles, La Feria del Tejate y el Tama, o la Semana de los Antojos.