Consuegra es un bonito municipio en la provincia de Toledo, a unos 130 kilómetros de Madrid. Sus principales atractivos turísticos son su castillo, los molinos de viento y el casco histórico, además de su rica gastronomía manchega.
Índice
Romano, castellano-mudéjar, barroco, son algunos de los estilos artísticos que están integrados en los monumentos de Consuegra.
El castillo, el mejor conservado de Castilla-La Mancha
Este castillo puede verse por dentro y por fuera tal y como fue en origen. Perfectamente restaurado, permite recorrer sus murallas y el patio de armas así como acceder a su interior en el que se recrea el ambiente de la época.
Acceso al Castillo
Horario
Del 1 de junio al 30 de septiembre
Molino Bolero: Todos los días, de 9’00 h. – 19’00 h.
Castillo: Lunes a viernes, de 10’00 a 14’00 h. y de 16’30 a 19’00 h. Sábados y domingos, de 10’30 a 14’30 h. y de 16’30 a 19’00 h.
Del 1 de octubre al 31 de mayo
Molino Bolero: Todos los días, de 9’00 h. – 18’00 h.
Castillo: Lunes a viernes, de 10’00 a 14’00 h. y de 15’30 a 18’00 h. Sábados y domingos, de 10’30 a 14’30 h. y de 15’30 a 18’00 h.
Cerrado: 25 de diciembre, 1 y 6 de enero.
Tarifa
Entrada al Molino Bolero: 1’50 € por persona.
Entrada conjunta Molino Bolero y Castillo: 4 € por persona.
Más información: Oficina de Turismo de Consuegra, teléfono: 925 47 57 31.
Historia del castillo
Con más de ochocientos años de antigüedad, el castillo de Consuegra es una fortaleza de gran singularidad y atractivo, no solo por el lugar donde se halla, desde donde se divisa La Mancha y sus molinos, sino por su rica historia y arquitectura vinculada estrechamente con la Orden de San Juan de Jerusalén.
Aunque los orígenes de este castillo se remontan a una fortaleza musulmana de periodo califal (siglo X), el aspecto que apreciamos hoy en su estructura es debido a la impresionante obra de arquitectura militar que los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén pusieron en pie, tras la cesión por Alfonso VIII de la antigua fortificación y el alfoz de Consuegra a la Orden.
Fueron ellos los encargados de esta fortaleza, cuyas innovaciones en su traza, como el imponente núcleo central, con 4 torres semicirculares ubicadas en el centro de cada uno de los lados del cuadrado que compone el castillo, lo dotan de un aspecto inexpugnable.
A esto, hay que añadirle otros elementos defensivos como los muros artilleros, las antemurallas y hasta cuatro portones de acceso. En su interior cuenta con un interesante sistema de abastecimiento de agua, conserva la prisión prioral, así como la capilla, la sala de archivos y quizá la estancia más importante: la sala capitular.
El castillo sufrió transformaciones, y vivió su esplendor durante los siglos XIII y XV y, aunque continuó habitado, fue sufriendo un paulatino pero inexorable proceso de abandono hasta su definitivo ocaso con la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. Finalmente, tras la voluntad y perseverancia de los habitantes de Consuegra, el castillo fue restaurado poco a poco con el fin de devolverlo a su antiguo esplendor.
Batallas, intrigas, luchas de poder y conflictos de todo tipo han sido el espíritu que ha dado vida a sus muros durante siglos.
Curiosidades del castillo:
Cuando el rey Alfonso VI casó con su última mujer, la princesa musulmana Zaida, recibió este castillo como parte de su dote. Pero no mucho después, lo perdería en una batalla librada contra los almorávides, tardando otros cien años en volver a manos cristianas.
En la batalla de Consuegra, que tuvo lugar el 15 de agosto de 1097 en la localidad toledana de Consuegra, y enfrentó al ejército del rey Alfonso VI contra las fuerzas almorávides del emir Yusuf ibn Tasufin. La batalla concluyó con una clara victoria para los almorávides y en ella falleció Diego Rodríguez, el hijo de El Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, que en esa época preparaba la conquista de Valencia.
Molinos de Viento, de los más grandes de España
Símbolo de Consuegra y de La Mancha, los molinos de viento coronan el cerro Calderico dibujando una estampa absolutamente única. Universales gracias al Quijote, es imposible pararse frente a ellos sin imaginar las andanzas del hidalgo y visualizar un Cervantes inspirado que, buen conocedor de la zona, quiso plasmarlos en su novela.
Hay pocas imágenes tan asombrosas y gráficas como contemplar uno de los conjuntos molineros más grandes y mejor conservados de España. Enclavados en lo alto del cerro para aprovechar mejor las corrientes de aire que otorgan las elevaciones, estos doce gigantes han vigilado desde lo alto el devenir de Consuegra y sus gentes.
Algunos con una antigüedad que se remonta al siglo XVI, han sido absolutamente vitales e imprescindibles para el desarrollo de la comarca, pues la ausencia de corrientes constantes de agua (La Mancha proviene del árabe y puede tener una traducción similar a “tierra seca”) impedían el establecimiento de molinos fluviales.
La Plaza de España
Punto de reunión de todos los consaburenses, es también el centro cultural y de ocio, paso imprescindible para cualquier visitante.
Núcleo de la vida de la ciudad, en ella se ubicaba el antiguo foro romano. Hoy en día los principales eventos y actividades siguen estableciéndose en este espacio. Un recorrido por las calles aledañas nos descubrirá un amplio abanico de pequeños comercios, pastelerías, zapaterías, tiendas de ropa o bares y restaurantes donde mezclarnos con los locales.