En este Año Jubilar del Santo Cáliz, la copa sagrada capta todo el protagonismo de la catedral de Valencia, pero el templo catedralicio permite descubrir otros singulares secretos.
Camino del Santo Grial
La catedral de Valencia, que data del siglo XIII, es el destino final del Camino del Santo Grial, una ruta que celebra, desde el pasado 25 de octubre y hasta el otoño de 2021, por segunda vez en su historia Año Jubilar.
A pesar de la pandemia, una activa asociación cultural que lleva el nombre de este itinerario, compuesta por personas de la sociedad civil valenciana, está promoviendo un camino que parte de Jaca, más en concreto del monasterio de San Juan de la Peña, y concluye en el templo catedralicio de Valencia.
Capilla del Santo Cáliz
En particular lo hace en la capilla del Santo Cáliz, situada a la derecha de la entrada principal. Los peregrinos finalizan su recorrido frente a la reliquia del Santo Cáliz o el Santo Grial, cuyo origen en el siglo I corroboran las recientes investigaciones de la doctora Ana Mafé.
No obstante, y a pesar de la importancia de esta reliquia, no es ni mucho menos la única que guarda la catedral de la capital de la Comunidad Valenciana. De hecho, su museo catedralicio conserva otras coetáneas a la copa sagrada que, por curiosidad, espiritualidad, religión, antropología, búsqueda de vestigios históricos o turismo cultural, pueden sorprender a quien visita el templo.
Desde astillas de la Cruz hasta la camiseta de Jesús
Desde espinas de la corona hasta astillas de la Cruz (en plural en ambos casos), incluso un retazo de la esponja avinagrada, una camiseta que habría vestido el propio Jesús, un peine que conservaba (hasta que desapareció de camino a Madrid) un pelo de María e incluso un velo que habría utilizado la propia Virgen.
La nuez de San Pedro y el brazo de San Vicente Mártir
Eso si nos centramos en las reliquias más relevantes y antiguas, ya que a ellas se suman otras de carácter óseo, como la nuez de San Pedro, el brazo de San Jorge, hueso y brazo de San Vicente Mártir o manto, hueso y cabello de San Vicente Ferrer.
Esta acumulación de vestigios procede de múltiples donaciones, aunque una de las más numerosas fue la realizada por el rey Alfonso el Magnànimo, que las entregó para obtener fondos con los que sufragar la conquista de Nápoles.
Estos objetos estuvieron durante años diseminados en diferentes lugares de la Catedral, alguno de ellos de intrincado acceso, como el denominado reconditorio o cámara secreta, ubicado en un altillo semioculto en la sacristía.
Ahora, al igual que, por ejemplo, las estatuas auténticas de los apóstoles que lucían en la famosa puerta del mismo nombre, por donde se accede al templo desde la plaza de la Virgen, comparten espacio, organizadas, en el Museo de la Catedral de Valencia.
No obstante, este lugar, inaugurado hace un cuatrienio en el actual espacio, pasa bastante desapercibido. En la actualidad no realizan visitas guiadas habitualmente; tan solo si se piden con tiempo y para grupos reducidos. Por tanto, resulta posible recorrerlo casi en solitario y descubrir todos los singulares objetos que conserva.
Estos son algunos de los más destacados:
Lignum Crucis de Martín El Humano
Dimensiones 61×29 cm.
Bronce y cristal, repujado y cincelado. Es un relicario en forma de cruz patriarcal cuya base y astil constituyen añadidos posteriores al original, seguramente del siglo XVII. Anteriormente la reliquia estaba custodiada en un relicario de estilo gótico.
El origen de este fragmento de la Cruz de Cristo en la Catedral de Valencia se remonta al siglo XIV, cuando subió al trono Martín El Humano, a quien se la había entregado el papa Benedicto XIII como muestra de la buena relación que existía entre ellos. Este pontífice también es conocido como papa Luna. La reliquia aún sale en las procesiones del Corpus Christi, como en siglos atrás.
Relicario de la Santa Espina de san Luis IX
Dimensiones: 36×16,5 cm.
Plaza sobredorada, repujada y cincelada. Siglo XV. Estilo gótico.
Conocido por la ser la primera reliquia que recibió la Catedral de Valencia. Fue donada por el rey Luis IX de Francia en 1256. Fijaron, como muestra de gratitud, que el 28 de abril se veneraría la Santa Espina. Esta pieza aparece referenciada en documentos posteriores a su donación, como el inventario de 1418, donde se especifica que era de plata dorada y decorada con multitud de piedras preciosas. El contenedor actual no fue el primigenio, y que se cree que es un adecentamiento de otro relicario que se hizo para contener la Santa Espina después de la Guerra de la Independencia.
Relicario de la Camisita del Niño Jesús
Plata sobredorada y cristal de roca
Técnica: Repujado y cincelado
s.XIV
Dimensiones: 39x18cm
Pieza datada de la última década del siglo XIV, llegada junto a otras muchas reliquias el año 1437. En el interior se conserva la inscripción “la camisa de Jesucristo, la cual la Verge Maria feu sens costura”.
De base estrellada con seis esmaltes con las armas de la Corona de Aragón y de Aragón antiguo. La pieza intermedia es un astil de base hexagonal, formado por un pedestal y nexo bulboso. La parte principal está formada por un cilindro de cristal, con anillos decorativos que cierran la parte superior e inferior de la reliquia.
En la mitad del siglo XVII Y XVIII le realizan unas andas procesionales, sufragado por Jerónimo Frígola, y el artífice de ellas es el florentino José Segnen. La pieza medieval sobrevivió a la fundición de la Guerra del Francés en Mallorca, pues se conservaba vacío en el momento que desaparecía el modelo posterior barroco. Las andas perduraron hasta Guerra Civil. De ellas se conserva una fotografía.
Relicario de la Esponja
Vidrio y plata sobredorada
Técnica: Repujado, grabado a buril, soldadura
s. XV
Dimensiones: 27×10’5cm
Este relicario está datado entre los años 1398 y 1408. La primera fecha indica la petición realizada por Martín el Humano a sus allegados para que consiguieran la citada reliquia de la Pasión de Cristo. La siguiente, en el siglo XV, se debe a su primera aparición en los inventarios en la Capilla Real de santa Ágata de Barcelona.
Reliquia perteneciente a los Reyes de Aragón, se trata de una ampolla de cristal que contiene un fragmento de la esponja con la que, según la tradición, le dieron de beber vinagre a Jesús cuando estaba en la cruz.
Interesante el cristal de roca tallado con una decoración vegetal. Se trata de una pieza muy rara que data de los siglos XI o XII, probablemente procedente del califato de Egipto.
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