¿Qué pasa si mezclas los mezzes (deliciosos aperitivos de Oriente Medio) con lo más selecto de las carnes argentinas? que el resultado es puro Fayer. Desde que el restaurante argentino israelí Fayer ha aterrizado en Madrid, Chamberí está que arde. Y no es para menos. Si os gusta la comida argentina, pero además disfrutáis con los sabores exóticos y saludables mediterráneos, esta propuesta gastronómica, basada en el encuentro de culturas, os va a encantar.
A nosotros nos ha ganado, y entendemos que se haya convertido en poco tiempo en un restaurante de referencia de la capital. Detrás de este proyecto están Martín Loeb y Alejandro Pitashny, dos emprendedores argentinos que no paran, y después de Madrid, aspiran a expandir su concepto de negocio por Europa.
Nada más pisar Fayer lo primero que nos ha encantado es la decoración, un tanto minimalista, en un espacio a doble altura. Al entrar nos encontramos una barra de coctelería en semicírculo con banquetas altas para tomar algo en plan informal. Arriba, el restaurante con la cocina a la vista. Fayer cuenta también con un bonito reservado para pequeños grupos que busquen más intimidad.
Un restaurante para los carnívoros (y para los que no lo son tanto)
La unión entre comida israelí y argentina puede resultar algo chocante, pero tiene una clara explicación: Argentina cuenta con una comunidad judía más que considerable, por lo que no es de extrañar que esta fusión de culturas se traslade también a la mesa con un resultado de lo más apetecible. Así, a platos como el hummus o el babagamush se unen propuestas que harán las delicias de los más carnívoros como la Entraña con salsa criolla o el Ojo de Bife, de novillos de la pampa argentina.
La carta creada por el chef argentino Mariano Muñoz es muy tentadora, por lo que ya en la mesa nos cuesta decidirnos. Lo cierto es que querríamos probarlo todo. Eso sí, tenemos un comienzo a lo grande: como aperitivo un bagel o bollito de Jerusalén recién hecho con labneh (salsa de yogur), especias y aceite de oliva, y un vasito de gazpacho.
Como somos muy fans de la comida israelí y de Oriente Medio, optamos por una selección de mezzes para compartir: hummus, babaganush (puré de berenjenas), un kibba con piñones espectacular y qué decir el felafel, (servido con labneh y tahina) sin ninguna duda uno de los mejores que hemos probado nunca!
Seguimos con un Kofta, carne de cordero molida y especiada a la brasa, que nos la sirven acompañada de una guarnición de brócoli, sésamo y tajine, una mezcla que resulta realmente deliciosa. Nuestra pasión por la comida de Oriente Medio ha provocado que nos centremos en las especialidades de esta zona, descuidando un poco las propuestas argentinas, por lo que muy pronto toca volver para probar otras delicias de la carta que nos dejamos pendiente.
Lo del postre es de nivelazo, estamos sin duda en el paraíso de los golosos. Lo dejamos a vuestra elección, pero el Panqueque, un tipo crepe con dulce de leche servido calentito en una cazuela, está de muerte. Y si todavía os habéis quedado con ganas de más dulce, una recomendación: la backlaba, de almendra, pistacho y nueces. Por cierto que para los amantes del Hummus, lo tienen hasta de chocolate! Un diez a los postres de Fayer, excepcionales y en raciones muy abundantes.
Entre tantas aperturas gastronómicas Fayer sobresale con nota gracias a su propuesta de platos delicados, frescos y exóticos, (y también contundentes). Un restaurante que ha sabido encontrar su espacio en la capital y convertirse en muy poco tiempo en un must para paladares exigentes y amantes de lo novedoso.
Dónde: Calle de Orfila, 7 Madrid. Tf. 910 05 32 90
Precio: Unos 40 euros por persona.