Faltaba un Castizo en el barrio de Chamberí y ya lo tenemos. Castizo Sagasta es la última apertura madrileña donde nos invitan a disfrutar de platos tradicionales, picoteo. En esta taberna la oferta viene en forma de taberna, para disfrutar del picoteo a la hora del vermú y de las tapas típicamente madrileñas, pero en un local divertido y de lo mas moderno.
Pero además, y a diferencia de otros Castizo, en el de Sagasta uno se puede dar un homenaje en clave gourmet al mas puro estilo madrileño. «Es un híbrido entrelas otras tabernas Castizo, y el restaurante Carbón de Juan Bravo (todos del mismo grupo gastronómico Carbón). Nos diferenciamos sobre todo en que en Castizo Sagasta mantenemos la esencia de taberna, pero con un toque gastro de carbón. Concretamente en la planta de abajo, contamos con una carta en la que predomina el uso de la parrilla y que se inclina por platos más elaborados y contundentes«, explica Sergio Sanz, el director de este nuevo restaurante-taberna 2.0.
Una carta con toda la esencia castiza de la capital
Una de las cosas que mas nos encanta de este restaurante es que ha conseguido reinventar algo tan emblemático como el ambiente de taberna y casas de comidas de Madrid convirtiéndolo en un local moderno y contemporáneo, el típico sitio al que apetece ir a cualquier hora. Un lugar donde disfrutar del vermú, comer o para un picoteo de tarde. E incluso para ver el fútbol, porque los días de partido, cuenta con una pantalla gigante (eso sí, sin voz) para que los forofos del balonpié no se pierdan nada.
En esta nueva apertura se ha apostado por darle más relevancia a la experiencia en mesa, con una carta muy atractiva en la que destacan verduras como las berenjenas o alcachofas; un arroz de almejas de Pedreña; así como un estupendo y delicado rape, patitas de pulpo a la brasa con aceite de pimentón y ajos fritos, entrecotte de atún con romescu y una chuleta de vaca madurada. Y por supuesto no faltan las conservas, encurtidos y salazones, así como las chacinas y embutidos para disfrutar del picoteo en la zona de barra. Así que ante unas propuestas tan variadas, un consejo: mirar atentamente la carta porque esta es muy extensa y además cuenta con sugerencias que cambian cada día.
Además, a diario se ofrece un plato de cuchara de la cocina tradicional madrileña, y el domingo un cocido servido en tres vuelcos y elaborado íntegramente con productos de cercanía, como garbanzos castellanos cultivados en Madrid y verduras ecológicas.
Nosotros optamos por un picoteo para compartir, con sorpresas tan interesantes como la ensaladilla o unas deliciosas cigalas al carbón, antes de pasar al arroz de pollo de corral, meloso pero tirando a seco, con un resultado delicioso. Y el toque mas dulce lo pone la torrija del chef César Miramon, elaborada como lo hacía su madre, y que compite con la tarta de queso, suave y deliciosa.
Dónde: Calle de Francisco de Rojas, 2, Madrid 28004 (esquina calle Sagasta)
Cuánto: zona de barra: 25-35€/ Restaurante: 50-70€ por persona.
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