Fue en febrero de 1873, en plena época victoriana y revolución industrial, cuando se ponía en marcha el primer tren nocturno entre Inglaterra y Escocia, entre King´s Cross, en Londres, y Glasgow y Edimburgo.
Solo meses más tarde se introdujo el primer vagón “sleeping”, con camas, en el tren entre las estaciones de Glasgow Buchanan Street y London Euston. Fue este el germen del que se conoce hoy en día, desde su relanzamiento en 1996, con el nombre de Caledonian Sleeper, el tren nocturno que une Londres con las Highlands escocesas, y viceversa.
Se trata de uno de los dos únicos servicios de este tipo que perviven en la actualidad en Reino Unido, junto con el Night Riviera entre Londres y Penzance, en Cornualles.
Mucho ha llovido desde la época más antigua de este servicio ferroviario. Las familias de nobles, acompañadas de sus criados, que iban a pasar unos días o una temporada a sus casas de Escocia de la época más antigua han sido sustituidas en los vagones actuales por ejecutivos y turistas, principalmente.
Nuevos vagones
Pero si los usuarios de este tren han cambiado, también los han hecho sus vagones. De hecho, desde este mismo año, el Caledonian Sleeper ofrece nuevos vagones con sus respectivas habitaciones, algunas incluyendo incluso ducha.
Estos nuevos vagones, fabricados por la empresa CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) de Beasáin (Guipúzcoa) han supuesto la principal apuesta de Serco, la empresa que gestiona el servicio desde 2015, con una inversión de unos 150 millones libras.
El Caledonian Sleeper actual opera diferentes líneas. La línea de las Lowlands une Londres con Glasgow y Edimburgo, mientras que la de las Highlands conecta la capital inglesa con Aberdeen, Fort William o Inverness, capital esta última de las Tierras Altas de Escocia.
Modalidades de viaje y precio
Respecto a las modalidades de viaje, varían desde el modesto, pero muy cómodo asiento, cuyo precio está alrededor de los 50 euros, y la habitación doble completa, con ducha, y todo tipo de detalles, incluso antifaz y tapones para los oídos, además del desayuno y acceso a las salas de espera de las estaciones incluidos.
El precio de esta última opción está en algo más de 300 euros. Eso sí, la exquisita atención británica está presente sea cual sea la elección.
Comida escocesa: salmón, carne de venado…
Y si de elecciones hablamos, no es fácil la que tiene ante sí uno cuando ojea el menú que se ofrece a bordo, ya sea para la cena de la salida o el desayuno previo a la llegada.
Entre las primeras, los productos típicamente escoceses como el salmón ahumado o la carne de venado se incluyen en platos que luchan por quitarle la hegemonía a los, probablemente más demandados y, por supuesto, también puramente escoceses, haggis, neeps & tatties (lo que podría ser una versión de los callos con puré de nabos y puré de patatas. Todo regado con una salsa cremosa de güisqui, por supuesto).
Desayuno saludable o más calórico
Mientras, para el desayuno, se puede optar entre un saludable porridge (gachas de avena) o un calórico highland breakfast con su salchicha, morcilla y huevos revueltos, entre otros componentes.
Por otro lado, no será menos complicado llevar a cabo una elección del menú de bebidas, en el cual, como no podía ser de otra manera, una completa y bastante amplia oferta de güisquis tiene el mayor protagonismo.
Así pues, el Caledonian Sleeper, con todo su romanticismo y la especial atmósfera que se respira en él, supone una opción estupenda para llegar a Escocia con una sonrisa enorme o despedirse de ella con el mejor sabor de boca posible. Las opciones a partir de ese momento serán muchas. En la página web de Visit Britain se pueden ver todas ellas.