El «buen rollo» tiene plato propio con tres ingredientes muy valencianos

«El buen rollo» primero sorprende a la vista por el maridaje de colores. Después, despista al olfato con su simbiosis de olores y el vigor especiado del eneldo. Y, por último, pone a prueba el paladar en su intento de asimilar el sabor con otros disfrutados en el pasado. Resulta muy complicado. Lo han bautizado como «El plato del buen rollo» y lo sirven en Valencia.

Se nota en su confección. Identificar su contenido citrícola quizás constituye lo más sencillo. El caldo o la salsa que lo acompaña es, en la práctica, zumo de naranja. Primer y más conocido elemento valenciano. El segundo cuesta más de detectar. Parecen garbanzos o avellanas blancuzcas, aunque en el mismo instante en que las pruebas notas que se trata de otro producto. Salpimentan el plato.

El enigma resulta más difícil de descifrar porque se trata de la habitual materia prima de una bebida nutritiva familiar: la horchata. En efecto, unidades de chufa endulzan esta elaboración, que es algo más que una tapa aunque que tampoco alcanza, si nos atenemos a la cantidad, el rango de plato abundante. Más bien despunta como ligero y refrescante.

Y el tercer ingrediente autóctono del plato del «buen rollo» tiene como apellido el topónimo de una playa muy conocida en la provincia de Valencia que pertenece al término municipal de Sueca: El Perelló. En efecto, nos referimos a su reputado y lustroso tomate, con feria propia a principios de junio.

Un plato sano y muy nutritivo

La base de toda esta confección la aporta la corvina, marinada precisamente en cítricos. Tal como explicaba la chef y dietista María Llamas en el acto de presentación, que tuvo lugar casi coincidiendo con el inicio oficial del verano, “es un plato sano, muy nutritivo y que, además, pone en valor los productos valencianos y de temporada”. A ello añade como aditivo que se trata de “un plato fresco y veraniego que nos devuelve la alegría de juntarnos alrededor de una mesa y que también nos hace sentir bien por dentro”.

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El marinado a base de cítricos revitaliza, estimula la positividad y el bienestar. El toque crujiente de la chufa nos permite soltar el estrés y poder así conectarnos con esa buena sintonía del resto del plato”, detalla Llamas para explicar esa denominación de ´Plato del buen rollo´.

La presentación en sociedad del plato del «buen rollo»forma parte de la iniciativa bautizada como ‘Las 4 Estaciones de la Terreta’ que lleva a cabo el restaurante Mi Cub, ubicado en el céntrico Mercado de Colón de Valencia, coincidiendo con el inicio de las diferentes estaciones del año. Su finalidad primordial consiste a destacar la calidad del producto autóctono y de temporada.

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