Las tierras de Burgos (Castilla y León) son una opción perfecta para cualquier época del año. Disfrutar de sus magníficos paisajes es una de las muchas razones que nos invitan a acercarnos a esta parte de España.
El agua tiene un papel fundamental a la hora de conformar la riqueza paisajística de la provincia de Burgos, hasta el punto de dar lugar a impresionantes miradores desde donde contemplar la naturaleza. Estos son algunos de los más característicos. ¡Prepara tu cámara!
Lagunas de Neila, avistando glaciares en Burgos
En plena zona de la Demanda se encuentra la Sierra de Neila. Un conjunto montañoso que recibe al viajero rodeándolo de pinares hasta llegar al punto más alto, desde el que divisar las dos lagunas más importantes de este paraje natural: la Laguna Larga y la Laguna Negra.
Esta última presume de ser el ´circo´ más grande y de formación más perfecta de todo el Sistema Ibérico. Unas vistas de lujo, perfectas especialmente desde el Pico Mencilla o el Pico de San Millán, desde donde ´disparar´ el ángulo perfecto.
Y justo al bajar la vista, te esperan las diversas formaciones glaciares que tanta fama han dado a estos paisajes. Un escenario donde las lagunas se van sucediendo conforme el paisaje se va haciendo más llano, y donde (si te llevas prismáticos) podrás ver desde lobos, corzos y ardillas a ciervos, tejones o perdices.
Balcón de la Bureba, un alto entre sierras
Hay que llegar hasta el entorno de Poza de la Sal, pueblo de Félix Rodríguez de la Fuente, para vivir en primera persona las vistas desde las famosas ´parameras´ a las que dio fama el naturalista burgalés. Al pie del Páramo de Masa se encuentra su pueblo natal, rodeado por las salinas en las que transcurrieron una buena parte de sus documentales televisivos.
Booking.comCañón del Ebro, rienda suelta a la naturaleza
El río Ebro y sus afluentes han ido modelando la naturaleza y dando lugar a un paisaje formado por diferentes alturas. La espectacularidad formada por gargantas y desfiladeros, por cañones y hoces cobra especial relevancia en la parte más alta del Cañón del Río Ebro.
Un paisaje que cae al vacío, en algunos casos, hasta los más de 200 metros de profundidad en un espectáculo de diversidad, que cuenta con rutas señalizadas para senderistas.
Buitres, águilas reales halcones peregrinos conviven en uno de los hábitats de mayor valor ecológico de toda la península ibérica.
Arija, escenario de aves migratorias
Por su temperatura moderada, el entorno del Embalse del Ebro, en Arija, es una excelente opción para las vacaciones. Playa fluvial de aguas cristalinas, rutas senderistas con las que descubrir el pasado románico de la provincia, diferentes zonas pasiegas o joyas patrimoniales como el Santuario de Montesclaros (Cantabria) son opciones muy apetecibles.
Pero sin duda, la joya de los planes es el avistamiento de aves. Su rico entorno natural ha llevado a este lugar a convertirse en lugar de paso de diferentes especies migratorias y acuáticas. Este lugar, declarado Reserva Natural, es un entorno perfecto para avistar desde las alturas a colonias de cigüeñas blancas, patos o garzas.