Biarritz es todo glamour en el sur de Francia. Esta ciudad costera del País Vasco francés fue lugar de veraneo de la burguesía europea, y hoy Biarritz sigue siendo uno de los lugares con más encanto y estilo de Francia. Los caseríos de estilo vasco conviven en perfecta armonía con las numerosas villas de lujo. Por supuesto, no faltan las bonitas playas donde los surferos presumen de sus habilidades con las olas. Si estás planeando una escapada, esta preciosa ciudad es el lugar perfecto para visitar este otoño.
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Biarritz, una ciudad para conocer sin prisas
Biarritz es una ciudad para conocerla sin prisas. Para disfrutar de todo su encanto paso a paso. Recorrer el paseo marítimo es todo un lujo. El camino te conducirá hasta el Rocher de la Vierge o Roca de la Virgen, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Para llegar a la estatua de la Virgen tendrás que pasar por una pasarela que Napoleón III mandó construir. El puente cruza sobre el agua y atraviesa la roca que fue excavada para ello. Las vistas que te esperan son magníficas con la Grande Plage a un lado y la bonita costa vasca al otro.
Biarritz es mar y playa, y como Meca costera, las opciones marítimas para disfrutarla son varias. Si eres amantes del surf tienes la Playa de Miramar y la Grande Plage, esta la encontrarás en el paseo hacia el Faro de Biarritz. Es muy tranquila y desde ella puedes admirar la Roca Redonda dentro del mar.
La espectacular playa de Miramar es muy tranquila también, aunque cuando hay gran oleaje, las corrientes son fuertes. Se encuentra entre el Faro y el Hotel du Palais. Es pequeña y está unida por un túnel de piedra a la Grande Plage.
Booking.comLa playa del puerto viejo
Más pequeña que las otra dos, es una playa preciosa que se encuentra a pocos pasos del Rocher de la Vierge y del puerto viejo. Es una zona familiar, y de oleaje tranquilo.
El puerto de los pescadores
El puerto de los pescadores es uno de los lugares más concurridos, sobre todo en verano. Construido en 1870 para los pescadores de bajura, hoy lo que queda es un pequeño puerto con mucho encanto, donde acuden masivamente los turistas. Lleno de restaurantes y antiguas casas de pescadores, es el lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía de la zona, evidentemente, sobre todo, de pescado y marisco.
Biarritz hay que descubrirla andando, callejear es el mejor plan para enamorarte de esta localidad. Pero sin duda, hay dos edificios que llaman la atención, que por algo estamos en uno de los territorios del lujo: El Casino de Biarritz y el Hotel du Palais. Este último lo mandó construir Napoleón III para su mujer, la emperatriz Eugenia de Montijo como residencia de verano. Era a mediados del siglo XIX, cuando la emperatriz se enamoró de Biarritz y de sus 6 kilómetros de playas. Hoy es un cinco estrellas y uno de los lugares históricos de la zona.