Hoteles rurales con encanto donde disfrutar de la naturaleza es de lo que más buscan los españoles. Por ello, desde Ruralka han seleccionado diez de estas actividades de cara a los meses de frío pero también de calor, siempre combinando la estancia con planes de exterior, con el fin de pasar tiempo al aire libre y disfrutar de la naturaleza.
Poda en las viñas de Finca Los Arandinos (La Rioja)
Llega la época de la poda en las viñas. Desde el Hotel Bodega Finca Los Arandinos, en Entrena (La Rioja), proponen una actividad en torno a la poda de cara a conocer un poco mejor el proceso de elaboración del vino y el cuidado del campo.
Para ello, se realiza una salida acompañado del enólogo o del propio bodeguero. Antes de que salgan los nuevos brotes, se van recortando los sarmientos para regular la producción, equilibrar la carga y darle a la cepa la forma deseada, que en su caso es la forma de “vaso” que puede tener 3 ó 4 brazos. Tras la poda, se pasa a la cata de dos de sus vinos con degustación de un plato de patatas a la riojana y chuletillas al sarmiento en su espacio “La Vinería”.
Ruta pre-pirenaica desde Can Boix (Lleida)
Enmarcado en medio de las sierras pre-pirenaicas y en plena naturaleza, se encuentra el hotel Can Boix, en Perramola (Lleida). Desde aquí nos plantean una ruta de senderismo con punto de salida y de llegada en el propio hotel a la Roca de Sant Honorat, el Roc de Rombau y la ermita de Castell-Llebre.
El recorrido es de 9,6 km por el que además de riscos vertiginosos y grandes mesetas en altura con suerte avistaremos buitres, corzos o ciervos. Durante el trayecto, se pasa por El Roc de la Presó (o Picapoll) el cual fue, según la tradición local, utilizado como prisión durante las guerras carlistas.
Esta roca está rodeada por grandes precipicios y dispone de un único punto de acceso, lo que la convertía en un emplazamiento ideal para una prisión.
Por supuesto, tras la actividad, es imprescindible reservar en su restaurante para tomar una paletilla de cabrito con calabaza y kalamata o su canelón de ciervo con crema de setas y bechamel trufada.
Descubrir los pueblos negros desde La Casa del Ocejón (Guadalajara)
La Casa del Ocejón es un hotel rural que se encuentra en Majaelrayo, en la Sierra Norte de Guadalajara, a los pies del Pico Ocejón (2.049 m). Es una casa de alquiler completo, de construcción típica de la zona, con una decoración cálida y acogedora.
Desde aquí proponen convertirse en la base para conocer a fondo la famosa arquitectura negra de Guadalajara, un conjunto de pequeños pueblos que a lo largo de los siglos han conservado su peculiar fisonomía basada en la pizarra negra: La vereda, Matallana, Almirete o Valverde de los Arroyos, entre otros.
Este es uno de los conjuntos arquitectónicos populares mejor conservados de Europa que sumado a su variedad paisajística (hayedos, encinares, enebrales, etc.) y faunística (águila real, buitre leonado, corzo, gato montés, lobo) conforman una escapada que merece la pena hacer al menos una vez en la vida.
Castillos desde Coto de Quevedo (Ciudad Real)
Coto de Quevedo está en una finca de caza privada, en el pueblo de Torre Juan Abad (Ciudad Real), donde se encuentra la casa en la que vivió y escribió parte de sus grandes obras D. Francisco de Quevedo. Desde aquí nos proponen ir a descubrir este invierno una ruta de castillos y torreones acompañados de un guía con el que aprender parte de la historia de nuestro país.
Así, en pocos kilómetros, podremos visitar el espectacular Castillo de Montizón y el de Montiel; la Torre de la Higuera, el Torreón de Puebla del Príncipe y el Torreón de Terrinches, así como el encanto de Villanueva de los Infantes. A la vuelta, de la mano del chef y pegados a la chimenea se podrán probar platos de temporada como el lomo de venado o el tournedó de cordero relleno de queso manchego DO.
Buscando trufas desde Place du Port (Guadalajara)
En el corazón de la Alcarria, se sitúa Alocén (Guadalajara) y allí se encuentra Place du Port, una casa de alquiler completo, que data de 1920 y que está completamente restaurada.
El invierno es la época de la trufa, un diamante negro culinario que tiene seguidores por todo el mundo. Hasta el mes de marzo y durante los meses de frío, desde esta casa con encanto, proponen hacer una visita guiada en torno a este producto 10. Se comienza con una visita al campo donde se busca la trufa con un perro adiestrado, posteriormente se aprende sobre el envasado y su clasificación, para finalmente acabar con un menú degustación de tapas que incluye platos como la mousse de oca con tomate trufado o el pisto con huevo de codorniz trufado.
Paseo sobre la nieve con raquetas en Villa Liquiadámbar (La Rioja)
En el pueblo de Torrecilla en Cameros (La Rioja) se encuentra el complejo turístico Villa Liquidámbar, rodeado de jardines privados y parque de ribera a los pies del río Iregua. Con la caída de la nieve proponen cada año una excursión a la Sierra Cebollera equipados con raquetas para los pies y acompañados de un guía titulado.
El plan se adapta a todos los niveles y se proporcionan las raquetas y los bastones. Gracias a las raquetas es posible caminar sobre la nieve con facilidad y contemplar paisajes increíbles a los que no podríamos acceder de otra forma. El recorrido está muy poco transitado por lo que es de una belleza y calidad medioambiental increíble.
Trotar a caballo en El Vergel de Chilla (Ávila)
En el Valle del Tiétar, en Candeleda (Ávila), se encuentra el Vergel de Chilla, una finca privada de 2 hectáreas con casitas de alquiler completo. Lindar con el Parque Natural de la Sierra de Gredos supone estar en un lugar de una belleza paisajística y medioambiental maravillosa. Desde aquí el plan al aire libre es darse un paseo a caballo hasta el Santuario de Chilla, pasando por la falda de Gredos, el bosque de robles y helechos y la garganta de agua.
En el camino será fácil el avistamiento de buitres negros y leonados y con un poquito de suerte se puede llegar a ver el águila imperial. Desde la recepción del Vergel de Chilla organizan la excursión con el Centro Hípico la Peña del Toro. No se requiere experiencia previa ya que los caballos están preparados para todos los niveles.
Hotel Rural La Tenada, en Carcedo de Burgos: tras los pasos del Cid
Hoteles rurales hay muchos pero en Carcedo de Burgos tienes tu casa: es un pueblecito de piedras y tapeo de morcilla, choricito y brava. En este hotel con encanto todo es nuevo, pero con el toque clásico de antaño, elegante y confortable. Tus anfitriones se ocupan de ti. Alrededor de tu estancia todo es un ritual: el desayuno con producto casero a base de yogur, mermelada de moras, torrijas, bizcochos…; la lectura en la chimenea y el momento del piano; o el baño turco de la suite y las estrellas desde tu inmensa bañera. Si ha salido el sol, en las mesitas que ponen en la puerta, toma un refresco y prepara la excursión: la Catedral de Burgos, el Monasterio de San Pedro Cardeña, donde vivió el Cid Campeador, o los paseos entre robles, piedras y molinos de viento.
Nacimiento del río Asón y cata de quesos desde la Casona de San Pantaleón (Cantabria)
En el Valle de Aras, a orillas del río Clarín, en Cantabria, se encuentra la Casona de San Pantaleón de Aras, una casa tradicional montañesa del Siglo XVII desde la que nos proponen conocer el precioso pueblo de Sangas y su entorno, en el que destaca el nacimiento del río Asón y las increíbles vistas del Mirador de La Gándara.
Una vez dado el paseo, sugieren completar la excursión con una visita a la quesería familiar “Quesoba”. Desde esta pequeña empresa en la que se elaboran los quesos artesanos con leche de vacas que pastan en praderas de alta montaña, nos harán un recorrido por las instalaciones, explicando el proceso de elaboración para terminar con una cata.
Observar estrellas en Finca el Cortiñal (Cáceres)
En La Fontañera, provincia de Cáceres, se encuentra La Finca El Cortiñal, una hacienda de más de 200 hectáreas, donde encontramos un eco-retiro de 7 habitaciones en lo que antaño fue un caserío. De los mejores hoteles rurales de Extremadura.
Extremadura es un destino único para la observación del cielo nocturno, por eso, desde aquí, protegidos de la contaminación luminosa, proponen una noche en la que con la ayuda de un telescopio profesional y de la mano de un guía especialista en divulgación astronómica, se puedan observar las estrellas interpretando todo aquello que vemos en el cielo. Esto se hace gracias al apoyo de la empresa “Entre Encinas y Estrellas, Complejo Astronómico Turístico” sin salir de Finca el Cortiñal.